Llegaron las elecciones, nuevamente vemos como nuestros espacios sociales se ven invadidos por frases vacías, nombres, apellidos pomposos y caritas sonrientes. De la misma manera en que se promociona un producto mercantil la clase política y el bloque dominante posiciona a sus candidatos en el imaginario colectivo, buscando el voto popular para continuar perpetuando y validando el estado de las cosas en el marco de un sistema que genera pobreza y desigualdad, a niveles intolerables.
Es la lógica de su democracia, de la democracia de los ricos, de los que ostentan los privilegios, donde la participación política del pueblo y la soberanía popular se reduce a un único día; a unos cuantos minutos en los cuales delegamos nuestra responsabilidad político-social al mejor postor, a quien mejor vende promesas. Debemos abrir los ojos y entender que la democracia no dura un día, no equivale a un voto; la democracia es un ejercicio diario que los pueblos deben desarrollar, en función del desarrollo pleno de una sociedad justa, siendo esto un pilar fundamental de nuestra libertad.
Hoy vemos como la falsedad y la ambición se desborda descaradamente en la clase política, claro ejemplo de esto son las
consecuencias que dejo la pugna de poder entre Sankan y Valcarce, donde las familias hoy cesantes fueron las perjudicadas tras los despidos y “arreglines” políticos de cada gestión, mientras que en sus campañas siguen hablando del trabajo y del bienestar; riéndose directamente en la cara del pueblo trabajador; a ellos solo les importa el poder, la acumulación de riquezas, en breves palabras, su propio bienestar.
La solución de los problemas que aquejan a nuestro pueblo y a nuestra clase no pasan por un cambio en quien gestione mejor el capital, es el capitalismo la fuente de la miseria y precariedad que golpea a la clase trabajadora.Los partidos tradicionales no buscan atacar el fondo del problema, al contrario lo validan y perpetúan; recordemos solamente la postal que recorrió los medios de comunicación donde se mostraba a Bachelet dando los anuncios del plan económico a implementar para enfrentar la crisis que quita el sueño a los capitalistas especuladores. Dicho anuncio acudió con el respaldo de todos los sectores políticos, desde la izquierda, la concerta y la derecha, otorgando un blindaje al gobierno al darle una clara señal de unidad política a los empresarios, mientras en forma paralela los trabajadores reciben los más perjudiciales efectos de la crisis (cesantía, alza de precios, pérdida de valor de los ahorros, etc).
Pongamos en Jaque la democracia burguesa. Avancemos en la creación del poder popular, desde la participación en democracia directa de centros de alumnos, sindicatos, organizaciones poblaciones y todas las demás expresiones de organización clasista. Consolidemos el movimiento popular, en pos de desarrollar una alternativa real de transformación social, para lograr las bases de un socialismo libertario, único presupuesto de un mundo donde los valores de libertad e igualdad no se sacrifiquen el uno al otro.
¡ARRIBA LOS QUE LUCHAN!
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