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El Frente de Estudiantes Libertarios es una organización político-social de carácter nacional integrada por militantes de las diferentes bases del país constituyendo así una organización única, federativa y horizontal que busca desarrollar una corriente revolucionaria entre los estudiantes, con el fin de levantar un Movimiento Estudiantil verdaderamente comprometido con la defensa y con la lucha por una Educación pública para el Pueblo y al servicio y dirección de las mayorías.

viernes, 19 de noviembre de 2010

EUNACOM: Lo que aún falta por decir

 Por FeL - U. de Chile - Medicina

Mediante las presentes líneas, intentaremos re-abrir la discusión en torno a los alcances de las movilizaciones en las que participamos recientemente como estudiantes de medicina, en respuesta al cobro y a las problemáticas de fondo que rodean al EUNACOM. Nuestro objetivo es aportar humildemente a la reflexión colectiva de todos quienes fuimos parte de este proceso que aun no culmina.

Algo más que una cuestión de lucas

Si bien es por todos conocido que el gatillante de la movilización fue el cobro del examen, desde un comienzo numerosos compañeros plantearon que el tema no terminaba ahí.
En sus inicios este examen pretendía comparar el conocimiento de los médicos que iniciaban el ejercicio de la profesión, entregando a la vez, información a cada escuela respecto a sus falencias en ciertas áreas del conocimiento médico. Sin embargo, el 2008 el examen adquiere el carácter de habilitante, convirtiéndose además paulatinamente a ojos de la población, en un instrumento con capacidad de objetivar la “calidad” de los médicos recién egresados.



En respuesta a lo anterior, el examen termina convirtiéndose además en un instrumento de marketing que presiona a las escuelas a competir y a elevar los puntajes obtenidos en el examen, por lo cual cada vez se dedica mayor tiempo de nuestra formación a preparar mecánicamente “ensayos EUNACOM”. Situación  similar se vive en la educación secundaria con el SIMCE, ya que los colegios adecúan los contenidos curriculares y las horas docentes en función de mejorar los resultados de la prueba estandarizada. ¿Cómo quieren que seamos mejores médicos si prefieren que respondamos cuestionarios en vez de atender pacientes?

Por otro lado, el carácter habilitante del examen resulta coherente si consideramos que una prueba que mide conocimientos mínimos consensuados entre las diversas Escuelas no puede objetivar la “calidad” de los egresados,  entonces ¿por qué se utiliza para seleccionar a los que postulan a un trabajo o a un programa de especialización? ¿Importa en algo la acreditación?

Al respecto, se nos dice que la acreditación mide la “calidad” del proceso de formación en cada Escuela mientras que el EUNACOM objetiva la “calidad” del resultado. No obstante, tal argumento pierde validez cuando una universidad como la Finis Terrae, acreditada por el mínimo de tiempo obtiene el 2º mejor puntaje. Si la acreditación y el EUNACOM fueran complementarios, no sería posible que aparecieran tales contradicciones. Según el ejemplo anterior, o la acreditación es un fiasco o el EUNACOM no es un instrumento consistente con sus objetivos. Independiente de lo anterior, resulta evidente que ninguna prueba estandarizada es capaz de medir “calidad” en educación y si quisiéramos valorar la formación de un médico, para nosotros al menos resulta más relevante comprobar en la práctica, cuántos médicos orientan realmente sus conocimientos en pos de solucionar los problemas de salud que afectan a los sectores más postergados de la población.

Por último, mencionar que el cobro del examen se fundamenta principalmente en la premisa ideológica de que “los beneficios de rendirlo constituyen un bien individual”.  En tal argumento se sustentan buena parte de las transformaciones que ha sufrido la educación superior en Chile en los últimos 30 años. La educación hoy en día es una mercancía que hay que pagar –bastante caro por lo demás- porque permite acceder a un mejor sueldo y te estimula a soñar con la utopía de la movilidad social. Como es un bien individual, el Estado no debe pagarla, las universidades se autofinacian y el costo finalmente lo asumes tú o tu familia. Sin embargo, somos varios lo que creemos que la educación es un Derecho Social tal como para la población que se atiende en el sistema público, es un Derecho que los médicos que ahí trabajan posean un mínimo de conocimientos teóricos con los cuales desempeñarse. Eso sí, los Derechos no se pagan, sólo se exigen…

Medicina se moviliza


En esos días de paro, asambleas y marchas, sucedieron varias cosas sobre las que no podemos dejar de reflexionar, apostando a que la experiencia acumulada en ese proceso nos sirva para comprender y transformar ciertos aspectos de nuestra carrera y facultad. 

En primer lugar, a la mayoría de los estudiantes que vivieron las movilizaciones les quedó clara la nula voluntad de la decana por diferenciar entre su rol en decanato y su cargo en la presidencia de la ASOFAMECH, priorizando los intereses de esta última y, en conjunto con la Escuela, llevando a cabo una “Estrategia del Miedo” contra los estudiantes movilizados, especialmente los internos de VII año a quienes se presionó con cartas, declaraciones y mails personales en pos de que sí o sí inscribieran el examen. Esto se vio potenciado por la actitud de algunos consejeros de escuela, que en asamblea contribuyeron a esparcir el miedo y a bajar el ánimo de los internos, develando con ello la escasa representatividad de este cargo, ya que parecían defender más la postura de la Escuela que la de sus propios compañeros. La DAE por su parte, develó su verdadero rol como intermediara entre la política de decanato y la organización estudiantil, mostrándose a favor de nuestras reivindicaciones mientras realmente trataba de bajar la movilización, negociando a nombre de la decana y siendo funcional a la “Estrategia del Miedo” levantada por las autoridades. Queda además en evidencia que los estudiantes tenemos poca injerencia en los asuntos que nos competen directamente, ya que a pesar de que defendemos nuestras posturas en los espacios pertinentes, igualmente las decisiones son tomadas entre cuatro paredes por autoridades que como estamento, no tenemos ningún poder para elegir.

 En segundo lugar, hay que mencionar el rol pasivo que jugó la ASEMECH, ya que al inicio validaban el examen como instrumento y sólo cuestionaban el cobro de este, sin tocar ningún punto de fondo. Tampoco existió voluntad real por movilizar a los estudiantes, reaccionando tardíamente y con reparos de por medio, al proceso y  a las reivindicaciones más profundas que levantaron la Chile y la PUC.

Finalmente, nos parece positivo que la movilización se vuelve a instalar como herramienta válida para exigir nuestras reivindicaciones, ya que los estudiantes participaron masivamente del proceso, se expresó la solidaridad entre los cursos y hubo una alta convocatoria en las asambleas y en la marcha, quedando claro que en nuestra carrera existe tanto la capacidad crítica como la voluntad necesaria, para luchar y defender lo que consideramos justo.

Algunas propuestas

Pensando en nuestra propia organización estudiantil, creemos necesario buscar los mecanismos para que los consejeros de escuela estudiantiles, realmente respondan a los intereses y posturas definidos colectivamente, vinculándolos a las decisiones zanjadas en asambleas u otras instancias de discusión. Queda también pendiente la profundización de la democracia interna en la facultad y en la carrera, apostando a que en el mediano plazo todos los estamentos participemos en la elección de autoridades relevantes, como primer paso para que exista un diálogo real, constructivo y cotidiano, entre la comunidad universitaria local. 
En cuanto al EUNACOM, resulta fundamental que sigamos atentos y que no deleguemos en forma absoluta la responsabilidad sobre los dirigentes, ya que es tarea de todos crear los espacios necesarios para discutir y afinar nuestras reivindicaciones y pasos a seguir. Por lo mismo, hay que jugársela para que las posturas que la ASEMECH asuma, expresen la reflexión consciente de los estudiantes, fortaleciendo para ello vínculos directos y cotidianos entre compañeros de distintas Escuelas y evitando que las discusiones se den sólo entre los dirigentes.

En definitiva, no debemos olvidarnos que el resultado final de este proceso no depende en exclusiva del lobby con parlamentarios o de la mesa de trabajo con el ministerio, ya que si queremos que nuestras reivindicaciones se plasmen en la realidad, somos todos quienes tenemos que mantenernos alerta y seguir presionando para que nos escuchen 

Por lo tanto, aunque se acaba el año y los exámenes nos consumen, la pelea aun no termina…

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