El FEL es una organización que reúne estudiantes de distintas universidades, institutos profesionales, centros de formación técnica y colegios del país quienes creemos que es posible aportar a la construcción de una sociedad diferente a la impuesta por el modelo de desarrollo capitalista desde nuestros espacios educativos. Lo que nos une no es una ideología particular, sino la construcción cotidiana de prácticas horizontales, autónomas y federativas que nos van formando colectivamente como movimiento libertario al calor de las luchas sociales.
Por lo mismo más que definirnos por una idea, entendemos lo libertario como una práctica concreta ya que tal como lo planteó Galeano “Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”. Es por esto que más que presentar una definición formal del FEL[1], nos gustaría presentarnos por lo que hemos hecho este 2010.
2010: Un año Agitado
Durante el 2010, el FEL participó activamente en la organización de la campaña de solidaridad popular “Sólo el Pueblo ayuda al Pueblo” junto a otras organizaciones sociales y sindicales como Mal de Ojo, Sindicato de Trabajadores de la Construcción y el montaje (SINTEC), la Confederación General de Trabajadores (CGT), Editorial Quimantu, Parinacota TV, entre otras organizaciones e individualidades, en solidaridad a las personas afectadas por el terremoto del 27 de febrero. Esta campaña no solo aportó materialmente a muchas familias afectadas, sino que permitió fortalecer el tejido social entre distintos actores y organizaciones sociales y mostró como la autogestión y la solidaridad son prácticas posibles y necesarias ante un desastre que desnudo las desigualdades socioeconómicas de nuestro país.
Posterior a ello, realizamos en la ciudad de Concepción nuestro 5º Congreso Nacional, el que nos permitió estrechar lazos con nuestros compañeros de distintas regiones del país, articular nuestro trabajo a nivel nacional y dotar de una perspectiva mayor a las luchas que damos en nuestros espacios locales, siendo un espacio de reflexión y crítica sobre el estado de la educación en Chile.
A mediados de año participamos, tanto a nivel de individual, como desde los distintos espacios sociales en que nos encontramos, de la Coordinadora por el Transporte como Derecho Social, desde la cual se llamó, sin éxito lamentablemente, a coordinar movilizaciones en contra del alza de pasajes del transantiago. También participamos desde sus comienzos de las asambleas de la Coordinadora de Organizaciones Autónomas Mapuches de Santiago (COAMS), espacio desde el cual se organizaron las manifestaciones en apoyo a los comuneros en huelga de hambre que se encuentran procesados injustamente por la ley antiterrorista que busca criminalizar los movimientos sociales en nuestro país.
Además, en Santiago, publicamos trimestralmente Tribuna Libertaria, que intenta ser un aporte al movimiento estudiantil entregando análisis y propuestas sobre las reformas educativas impulsadas por el gobierno de Sebastián Piñera y sobre la educación en general.
Estos solo algunos hitos de lo que hemos hecho esto 2010, pero es solo una pequeña muestra ya que a estas actividades hay que sumarle el trabajo local en cada espacio educativo, consistente en la problematizar el sentido que se le da a nuestra educación fortalecer los espacios democráticos de base y la participación estudiantil, agitando aquellos conflictos y jugando un rol activo en cada una de las luchas que damos en pos de cambiar la sociedad en la que estamos. En concreto eso se traduce en la participación de organizaciones estudiantiles, en la organización de foros, conversatorios, mesas redondas, talleres, en la agitación de algunos temáticas y en la realización de declaraciones y boletines, mesas de difusión y otras actividades.
Es por este que este 2011 te invitamos a formar parte de este proyecto que llamamos FEL, a aportar con tus ganas, tus ideas y tu espíritu crítico para darle vida a una alternativa libertaria al movimiento estudiantil.
Anexo 1: ¿Por qué no un colectivo?
Como libertarios creemos que muchos colectivos que han agrupado a estudiantes de sectores revolucionarios han jugado un papel importantísimo en reactivar y potenciar las luchas al interior del movimiento estudiantil, constituyéndose en actores de peso en muchos establecimientos educativos. Sin embargo, los colectivos de carácter local tienen limitaciones a la hora de proyectarse frente a las grandes reformas a nivel nacional e incluso a nivel de una ciudad, lo que en definitiva ha dejado el camino libre para que sectores reformistas coopten el movimiento estudiantil y las movilizaciones que los estudiantes impulsan terminan siendo instrumentalizadas por Partidos Políticos que ven en ellas la oportunidad de sacar dividendos electorales y la posibilidad de negociar en mejor pie con el bloque dominante.
Es simple organizarse horizontalmente y de acuerdo a los principios de la democracia directa en grupos pequeños, y entre quienes comparten un espacio común. Sin embargo, el desafío de organizarse a nivel nacional y con un mayor número de compañeros es un desafío bastante más complejo y que más allá de las limitaciones y errores de una organización como el FEL, es una tarea necesaria para responder articuladamente a las arremetidas del neoliberalismo en la educación y por otra parte la existencia misma de una organización de estas características demuestra que es posible en la práctica concreta organizarnos de acuerdo a estos principios que muchas veces son catalogados de románticas fantasías.
Anexo 2. ¿Por qué no un partido?
Somos una organización político-social que si bien se siente parte de un proyecto mayor de transformación social que el meramente educativo, tiene objetivos acotados y por tanto reconoce que por sí misma no se basta para llevar a adelante la revolución social. Además creemos que organizaciones que reproducen en su interior la estructura jerarquica de la sociedad difícilmente se pueden constituir en instrumentos efectivos para la superación del sistema social que se sostiene precisamente gracias a la verticalidad como principio organizativo y en el hecho de que un pequeño grupo de personas que constituyen la clase política de este país terminan decidiendo en nombre de un pueblo oprimido que ve su participación política reducida al acto de votar cada cierto tiempo a sus opresores.
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